Charlene de Mónaco tiene tantos frentes abiertos a nivel personal, que dejó al descubierto los asuntos más cercanos de su marido, Alberto II, lo que le provoca encontrar posibles enemigas.
La princesa consorte de Mónaco regresó a su hogar tras varios meses enferma, que la hicieron afrontar intervenciones e internaciones en clínicas que la recuperen física y mentalmente. Su regreso hacia creer que estaba lista para seguir con su apretada agenda y para retomar su vida familiar y pública.
La oriunda de Zimbabue está muy lejos de poder retomar sus actividades, dado que, hace unos días, Alberto de Mónaco y ella habrían firmado un contrato por el cual Charlene seguirá asistiendo a algunos eventos destacados del principado a cambio de una suculenta suma de dinero, nada menos que 12 millones de euros al año.
Solo algunos eventos, no todos y aquí nace la incógnita. Otro punto del acuerdo entre Charlene y Alberto II de Mónaco reza que puede vivir fuera del principado, lo que hizo crecer los rumores de que ella emigre a Suiza, estando alejada de su marido e hijos.
La villana en el matrimonio de Charlene y Alberto
El panorama antes planteado es bastante desolador dado que, todo indicaría que Charlene de Mónaco y su marido habrían roto la familia, a cambio de dinero.
La prensa europea asegura que Carolina de Mónaco (hermana de Alberto II) no piensa aguantar esta situación aunque haya un posible contrato millonario de por medio y prefiere mantener a Charlene bien alejada de la Casa Real, según recoge “El Español”.
Carolina asumiría ahora el papel de cuñada “maléfica” y ella es quien habría propiciado (con el visto bueno de Alberto) alejar a Charlene, llevándola a la residencia veraniega de los Grimaldi que está en la frontera con Francia.
Carolina no frena el paso y ya tiene planeado ser ella quien ejercerá de Primera Dama en el destacado evento por el 100 aniversario de Rainiero. Dicho lugar, es por lógica de Charlene de Mónaco, esposa del príncipe.
Carolina busca destronar a Charlene
La revista italia ‘Oggi’ asegura que Carolina y Alberto tienen un acuerdo por el cual si él muere antes que Charlene (cosa probable porque él le lleva 20 años), el mando del Principado pasará a Carolina y no a la viuda.
Son muchas las teorías e hipótesis pero lo cierto es que Alberto ha hablado diciendo que todo va genial y Charlene sigue sumida en ese silencio ahora empañado por una sonrisa congelada como la que ha mostrado en sus últimos actos públicos tras regresar a Mónaco.