La Reina Isabel II, tuvo un largo e ideal amor con quien fuera su esposo de toda la vida, Felipe de Edimburgo. Sin dudas ha sido una de las parejas más famosas de la historia de la humanidad con 73 años de relación.
La fidelidad no fue siempre algo que perdurara entre Isabel y Felipe, ya que el rey consorte no solo tuvo de amor a Isabel II. A pesar de que ella se casó de muy joven con su esposo de toda la vida, tuvo tiempo de tener otro gran amor a corta edad.
La gran amiga de la infancia de Isabel, Alathea Fitzalan ha contado recientemente en un libro las aventuras y desventuras de la infancia de la reina que festejó su Jubileo de Platino y entre los datos más importantes se pudo destacar una relación de amor con un joven previo a conocer a su compañero de vida.
Alathea era la nieta del duque de Norfolk y en los tiempos de guerra ella se refugió en Windsor donde conoció a la joven reina Isabel y formaron una gran amistad. Juntas fueron entrelazando historias y de manera paralela Alathea fue escribiendo su diario donde la monarca británica tomó gran protagonismo.
En los diarios de la amiga de Isabel se puede ver como ambas compartían el amor por un hombre el cual al parecer nunca se logró concretar. Este misterioso hombre se llamaba Hugh Fitzroy quien por entonces era el Duque de Grafton.
Entre los pasajes del libro, hay una descripción de cómo la reina Isabel II sufrió el hecho de que su amado Duque Hugh Fitzroy tuviera que realizar un viaje al extranjero del que quizás nunca volvería. En su diario se pudo leer: “Es horrible que se vaya al extranjero, tal vez no vuelva a verle nunca”.
Nunca se pudo saber si dicho amor se concretó pero fue una linda historia romántica de soberana más longeva del mundo.