Tras varios meses ausente a causa de una enfermedad que casi le cuesta la vida, la Princesa Charlene retomó sus funciones y su agenda oficial. La exatleta olímpica asistió la semana pasada junto al Príncipe Alberto a un evento benéfico donde fue el centro de todas las miradas.
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La nadadora y el hermano de Carolina de Mónaco, llevan casados más de una década. La Princesa Charlene es una de las personas más influyentes del mundo de la realeza, por lo que realizó una gala benéfica con el objetivo de apoyar a un club de la capital mundial del esquí, debido a que su cuñada Estefanía de Mónaco apoya este deporte y su desarrollo.
Este club busca recaudar fondos para la fundación que lleva el nombre de la princesa monegasca y el club deportivo local cuyo objetivo es formar a los jóvenes para educarlos en la vida deportiva y proporcionarles los medios para desarrollarse deportivamente al más alto nivel. Una cita importante en la que la Princesa Charlene impresionó con un vestido de su firma favorita, Akris.
La royal de 45 años lució un diseño largo con cuello redondo y sin mangas realizado en tul bordado negro sobre una base nude, ajustado en el pecho y con sobrefalda de ligero vuelo. La sofisticada pieza incluye como complemento un cinturón de piel que la Princesa prefirió no incorporar al estilismo dándole así una mayor ligereza. La Princesa Charlene lució su traje de noche bajo un abrigo largo de color negro que llevó abierto.
La pareja del Príncipe Alberto estuvo presente en el evento y participó en una sesión de fotos, luciendo la ostentosa prenda, de un costo aproximado de 6,500 euros. Sin embargo, el detalle más sorprendente fue que la Princesa Charlene no llevaba maquillaje, lo que la hacía lucir con un estilo natural.