Luis Rubiales, sumido en una encrucijada, urdió una estrategia para defender su inocencia tras el escándalo del beso no consentido a Jenni Hermoso en los festejos del campeonato mundial logrado por la Selección de España.
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Su idea era sostener su cargo a través de una inhabilitación acordada con el Consejo Superior de Deportes y el respaldo del mundo del fútbol. Sin embargo, las circunstancias no jugaron a su favor. Siempre hábil en momentos críticos, esta vez el dirigente vio cómo su apoyo se desmoronaba.
El sábado, la FIFA anunció una suspensión de 90 días en sus actividades futbolísticas, lo que lo aparta temporalmente de su rol en la RFEF. Aquellos que lo respaldaban se distanciaron públicamente, incluso figuras que defendió a capa y espada, como Luis de la Fuente y Jorge Vilda. Luis Rubiales quedó solo, sin más aliados. Hasta quienes compartían su visión le dieron la espalda.
Sus intentos por mostrar su versión sólo agudizaron el problema. Emitió un comunicado controvertido contra Jenni Hermoso, que incluso la RFEF rechazó por no creer en la historia que el abogado contó.
En una reunión urgente, Pedro Rocha, el nuevo presidente de la RFEF, junto a los presidentes territoriales, condenaron sus actos. Luis Rubiales, en su Motril natal, siente traición en cada esquina, creyendo que la presión y el miedo a represalias inclinaron la balanza en su contra.
Incluso clubes y leyendas deportivas españolas, como Iniesta y Pau Gasol, censuraron sus acciones. Su caída parece inevitable, una sentencia difícil de eludir. Su futuro como líder en el fútbol es incierto.
A pesar de la adversidad, Luis Rubiales no cede. Su empeño por demostrar su verdad se refleja en su búsqueda de pruebas y contactos con especialistas, a pesar de que su versión choque con la de Jenni Hermoso.
Su empeño por demostrar su verdad se refleja en su búsqueda de pruebas y contactos con especialistas
A medida que los días avanzan, la suspensión de la FIFA se convierte en una inhabilitación más prolongada. Este verano, con la brillante actuación de la selección y el histórico Mundial femenino, Luis Rubiales protagonizó una caída vertiginosa. La sombra de la controversia lo alcanzó y nadie pudo rescatarlo.
El Gobierno pide su renuncia definitiva
Las presiones para la renuncia de Luis Rubiales no se limitaron al ámbito deportivo. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se sumó a la solicitud de dimisión, desestimando las disculpas que el dirigente había ofrecido tras el incidente del beso no consentido hacia Jenni Hermoso.
En consonancia con esta postura, el Consejo Superior del Deporte (CSD), una entidad dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, tomó medidas firmes para presionar la salida de Luis Rubiales. El titular del Consejo, Víctor Francos, anunció la activación de todos los mecanismos disponibles para tomar acciones concretas en relación con la situación.