Ahora que la Princesa Leonor tiene más actividades oficiales, son muchos los que se han dado cuenta de un problema que le ha traído varios complejos.
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Así como su hermana, la Infanta Sofía, es de sonrisa fácil, a la heredera al trono no la hemos visto sonreír con frecuencia. Es que un problema en su dentadura la ha tenido más que acomplejada.
Se trata de la falta de los dos colmillos superiores, algo que el tiempo utilizando mascarilla no nos había hecho dar cuenta. Cierto es que en las imágenes previas a la pandemia se puede ver que la Princesa Leonor todavía tenía sus colmillos de leche, a pesar de que, por la edad, debía haberlos cambiado hacia un tiempo.
Al parecer, el problema de la hija mayor de los Reyes de España se denomina agenesia dental y tiene que ver con la falta de desarrollo o directamente la ausencia de una o más piezas dentales. Los especialistas señalan que esta peculiaridad tiene solución, ya que dependiendo del caso se puede recurrir a la ortodoncia o, directamente, al implante dental.
Esta última opción sería la aconsejada para la Princesa Leonor, pero debería esperar unos años, ya que no se puede hacer antes de los 18 y se recomienda esperar hasta los 23 o 25 años, cuando el desarrollo facial haya finalizado.
Un problema real
Según ha contado el periodista que posiblemente más conozca sobre la Realeza española, Jaime Peñafiel, los Borbones desde siempre han tenido dificultades con sus dientes y su boca en general.
De hecho, Peñafiel recuerda la entrevista que le hizo a la Reina Victoria Eugenia, poco tiempo antes de morir, en la que le confesaba que Alfonso XIII, el tatarabuelo de la Princesa Leonor, sufría de halitosis (mal aliento) y que dormir con él era un tormento y besarle era “vomitivo”.
El propio abuelo de la Princesa Leonor, el Rey Juan Carlos, últimamente ha tenido algunos percances con su dentadura y ha debido recurrir a unos alineadores invisibles, un aparato que reemplaza a los brackets y que cumple una función similar.