Mario Vargas Llosa parece haber dejado atrás la enfermedad que hace apenas dos semanas le llevaba a ser ingresado en una clínica de Madrid, después de contraer COVID, motivo que lo llevó a una neumonía.
Afortunadamente fue un susto de salud para el escritor peruano multipremiado del que ya se recuperó felizmente, como demuestra el viaje que realizó cruzando el charco. Una aventura en avión que dura aproximadamente trece horas, para llegar a Argentina donde se celebraba la 46ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Vargas Llosa, pareja de Isabel Preysler, aún se apoyaba sobre un bastón para caminar, aunque lucía de buen aspecto. El motivo de su presencia, es presentar el convenio firmado entre la cátedra que lleva su nombre y una fundación literaria.
La convocatoria estaba dirigida a jóvenes autores para un concurso de relatos breves, con el fin de "guiar de alguna manera a los escritores que empiezan y no saben dónde publicar sus obras", decía el novelista. "Me alegro que haya resucitado esta fiesta de los libros".
Haciendo lo que más le gusta
Mario Vargas ha querido destacar que "el idioma crea un vínculo y el español es uno de los más importantes del mundo", ya que "la diversidad de nuestra lengua también enriquece a la literatura”.
El pasado 25 de abril, el novelista recibía el alta tras superar el coronavirus y eran sus hijos los que daban la noticia a través de un comunicado. "A pedido de mi papá, hacemos pública la nota manuscrita que nos ha dado".