Dicen que hablar libera, que sana heridas. Y algo de eso es lo que le ha sucedido a Rocío Carrasco desde que, a través del documental “Rocío: contar la verdad para seguir viva”, decidió no callar más.
Había pasado muchos años sin contar el sufrimiento y la violencia psicológica de la que había sido víctima y una vez que Rocío Carrasco comenzó a hablar ya no pudo, ni quiso, callar más.
Es por eso que a esa docuserie le seguiría otra: “En el nombre de Rocío”. Y si en la primera hablaba sobre ella y sobre su victimario, en la segunda ha hablado sobre su madre, la gran Rocío Jurado. Aquí los victimarios han sido varios y a todos ellos ha desenmascarado Rociíto.
En una entrevista exclusiva para “Semana”, la hija de “la más grande” ha dejado claro que ya no está parada en el lugar de la víctima, esperando pasivamente el próximo golpe.
"Esta nueva temporada es la contestación a muchos años de mentiras. No me arrepiento de lo que he dicho, me he podido arrepentir de lo que no he dicho, pero eso todavía no lo he pensado, si lo voy a hacer"
“Lo que tengo es hartazgo, pero la losa del pecho se va levantando cada vez más”
Obviamente los detractores de Rocío Carrasco han dicho que su intención al hacer estos documentales ha sido sólo el ganar dinero y que todo lo que dice se debido al odio que siente por ciertas personas.
Pero a Rocío Carrasco esos comentarios la tienen sin cuidado. "Ese es el argumento fácil para los que no que no tienen nada a lo que agarrarse. El odio no es algo que yo experimenté en mi vida. Respecto a lo económico, tampoco lo he hecho por eso".
Y más allá de que ella misma sostiene que se encuentra bien y que los problemas emocionales que formaron parte de su vida durante tanto tiempo ya están desapareciendo, a Rocío Carrasco se la ve más fuerte y tranquila. “Lo que tengo es hartazgo, pero la losa del pecho se va levantando cada vez más”.
Por otra parte, Rocío Carrasco ha dicho que hay cosas que no ha contado, no tanto por cuestiones legales sino porque involucran a personas que no están. “Hay cosas que pertenecen a gente que en vida no quiso que se supiera y, por tanto, yo no debería contarlo. Pero quién sabe si alguna vez decido hacerlo".