Tamara Falcó es una de las celebridades más populares del momento y tras su reconciliación con Iñigo Onieva no quiere regalar primicias a la prensa. Nada más al descubrir que en su viaje a Praga había paparazzis intentando inmortalizar su romántico viaje, la marquesa de Griñón optó por subir a sus redes sociales un álbum con las mejores imágenes.
Con este accionar la socialité fastidió la exclusiva que muchos fotógrafos buscaban, reduciendo ostensiblemente el valor de las instantáneas que probablemente veremos este miércoles en alguna revista. Además, Tamara Falcó sacó ventaja al etiquetar sus estilismos y el hotel donde ella e Iñigo Onieva se hospedaron, que casualmente era de un amigo suyo.
La hija de Isabel Preysler siempre ha sido muy respetuosa con la prensa, aceptando su trabajo. Sin embargo, aseguran que en este momento de su vida no está dispuesta a que nadie gane dinero con su imagen. Tamara Falcó ya optó por este método en su primera escapada tras la reconciliación, por lo que las agencias se están replanteando dejar de seguirla ya que desplazar equipos a los lugares adonde viajan es muy caro.
Las agencias se están replanteando dejar de seguirla ya que es muy caro
De igual manera, Tamara Falcó redujo sus apariciones en la prensa, posando para revistas que no son de corazón, como Harper's Bazaar, primando la puesta en valor de su marca por encima del cheque de la exclusiva que puedan pagar revistas como Hola. Esto, a muchos los llevó a pensar que tras su reconciliación con el empresario su imagen se deterioró, pero la realidad es otra.
Además de prestar su imagen para diferentes empresas y trabajar en El Hormiguero, la aristócrata también adquiere unos buenos ingresos al mes alquilando El Rincón a Televisión Española para que ruede la serie La Promesa. Tamara Falcó y su hermano mayor podrían estar embolsándose alrededor de 30.000 euros al mes. Sin contar su boda, evento que facturará con exclusivas y marcas que se rifan para poder aparecer.