Desde pequeños, la Reina Sofía ha sido muy unida a sus hermanos, quizás porque no han tenido una vida fácil ya que la familia real griega ha debido exiliarse durante la Segunda Guerra Mundial, luego de la ocupación nazi. Esa unión se ha visto reflejada en la tristeza que ha embargado a la emérita luego del fallecimiento de su hermano Constantino de Grecia, hace poco más de quince días.
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La salud del que fuera el último rey del país antes de que la ‘dictadura de los coroneles’ aboliera la monarquía en la década del setenta estaba bastante maltrecha desde hace tiempo, y estaba ingresado desde mediados de diciembre. Pocos días antes de morir sufrió un derrame cerebral del que los médicos supieron que no iba a recuperarse. Fue por eso que la emérita y la Princesa Irene se trasladaron a Atenas de inmediato.
Finalmente, el hermano de la Reina Sofía falleció el martes 10 de enero y su funeral se llevó a cabo casi una semana después. La triste circunstancia reunió a los Borbones casi al completo en Atenas (sólo faltaron la Princesa Leonor y la Infanta Sofía) e incluso hemos sido testigos de un gesto muy tierno del Rey Felipe con su padre, el Rey Juan Carlos que había llegado a Grecia desde Abu Dabi.
Y si bien luego de la ceremonia privada (ya que Constantino de Grecia no tuvo funeral de estado) cada uno de los miembros de la familia regresó a sus actividades, la madre del Rey Felipe se quedó unos días más en Atenas acompañando a su cuñada y a sus sobrinos en tan triste momento.
La vuelta a la vida pública
Pero finalmente la Reina Sofía está tratando de retomar sus actividades oficiales. De hecho, en el primer acto público en el que la hemos podido ver ha sido en una visita a las instalaciones de la Asociación Banco de Alimentos de Tenerife. Allí se pudo apreciar que, a pesar de que ha tenido el trato ameno de siempre, en su rostro hay muestras de la tristeza que lleva por dentro.
La madre del Rey Felipe se quedó unos días más en Atenas acompañando a su cuñada y a sus sobrinos
Se la vio vistiendo de riguroso luto, como ha sucedido desde la pérdida de su hermano, tanto en el funeral como en los días previos, cuando la Reina Sofía se acercó al Cementerio Real de Tatoi donde rindió un pequeño homenaje a sus padres, los reyes Pablo y Federica.
Y si bien seguiremos viendo a la emérita cumplir con sus obligaciones, este duro golpe que ha sufrido la ha dejado un tanto conmocionada, por lo que quizás la agenda oficial de la Reina Sofía de aquí en más no sea tan exigente y así pueda viajar a Atenas más seguido para estar junto a la familia de su querido hermano.