Ya se cumplió una semana de la visita de Victoria Federica a Sevilla, donde se festejó la 37.ª edición de los Premios Goya en el Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES. Lo que era una celebración sana y sin problemas, se tornó en un momento incómodo cuando la joven decidió regresar a Madrid en medio del acoso mediático.
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La influencer de la Realeza tenía en sus planes asistir a la gala, aunque finalmente no pudo hacerlo. Sin embargo, no se perdió una de las fiestas privadas que tuvo lugar en la capital sevillana tras la ceremonia. La misma fue organizada por Orson Salazar, marido de Paz Vega.
Fiel a su estilo, buscando destacar entre la multitud, la sobrina del Rey Felipe llegó a la fiesta con un look despampanante, firmado por Fernando Claro Couture, que fue la sensación de la noche. Se trata de un vestido negro estilo años 20 con encajes, plumas, brillos y transparencias. Un diseño que lució con un maquillaje muy marcado y el pelo sujetado que tanto la favorece.
Victoria Federica estuvo acompañada en la fiesta por su mejor amiga Rocío Laffon, y también se pudo ver entre otros rostros conocidos los de Macarena Gómez, Manuel Díaz, Javier Calvo y Virginia Troconis.
Victoria Federica fue escoltada por un amigo
Cuando Victoria Federica regresaba finalmente a Madrid, a primera hora del pasado domingo, tuvo un altercado marcó su regreso a casa. A su llegada a la estación de Atocha no quiso desvelar ningún detalle de cómo había pasado esa noche en aquella fiesta tan exclusiva.
En el momento, Victoria Federica portaba unas grandes gafas de sol y unos cascos enormes para evitar escuchar las preguntas de los periodistas que la interrogaban sobre su noche, las polémicas de su familia y, sobre todo, querían saber sobre la vida personal de su polémico hermano Froilán.
Lo cierto es que, llegada a la estación de Atocha, llamó mucho la atención que uno de los amigos de Victoria Federica actuara a modo de guardaespaldas para que la prima de la Princesa Leonor pudiera salir ilesa de los interrogatorios de la prensa que la esperaba y a la que esquivó, nuevamente con malos modales.