José Fernando está a punto de obtener la libertad que tanto anhela desde hace mucho tiempo. El joven espera que este año por fin pueda obtener el alta del centro San Juan de Dios, donde lleva internado cinco años. Cayó allí por petición de su padre tras vivir una etapa bastante conflictiva, en la que le ha tocado luchar contra las adicciones y las malas compañías que le hacían perder el control.
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Por suerte, la familia del hombre de 30 años no le ha abandonado en ningún momento, y recientemente ha podido disfrutar de muchos permisos. De hecho, desde su entorno confirman que su mejoría es más que notable, por lo que a partir de principios de este verano se espera que podría retomar su vida normal. Además desde el centro de rehabilitación confiesan: “José Fernando es un chico muy agradable, no se mete en líos y se lleva bien con todo el mundo. Ha mejorado notablemente y está listo para iniciar una nueva vida”.
Estas Navidades ya pudimos ver al hermano de Gloria Camila disfrutar en compañía de su familia y lo cierto es que se mostraba de lo más sonriente. Además, su nueva libertad también podría proporcionarle unos buenos ingresos económicos y es que las revistas ya se están peleando por conseguir una entrevista suya. Estas se ubican alrededor de los cincuenta mil euros.
Los planes para el futuro
José Fernando estaría decidido a casarse con Michu, la madre de su hija, para formar una familia con ella. A pesar de los desplantes que ha tenido que afrontar la madre de la pequeña María del Rocío, parece que al final conseguirá cumplir su gran sueño.
En un primer momento, la familia salía a desmentir la exclusiva que había concedido la pareja de José Fernando y en la que daba detalles acerca de sus planes de futuro. Sin embargo, todos sus planes se truncaban después de que el juez decretase que el hijo adoptivo de Ortega Cano debía pasar un año más internado.
José Fernando es un chico muy agradable
Ahora, tras mucho tiempo de espera, a José Fernando le quedan apenas unos meses para poder darle el ‘sí quiero’ a la mujer de su vida. Una decisión que, les guste o no, sus familiares deberán aceptar.