Victoria Federica ha estado últimamente en todos los portales de noticias por su manera de vivir la vida. Desenfrenada, sin vergüenza y sobre todo con pasión, la joven pasa diariamente publicando nuevo contenido en sus redes sociales y viaja de un destino a otro en cuestión de horas, sin importarle el qué dirán ni sus cercanos ni el resto.
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Este estilo de vida y pensamientos le han traído problemas en su propia familia tras no recibir el visto bueno de sus acciones de parte del Rey Felipe, su tío, generando inconvenientes y discusiones con su madre, la Infanta Elena. Pero la hermana de Froilán nunca se imaginó que el mayor problema que podría tener en la actualidad también iba a estar en la realeza, pero holandesa.
La sobrina de la Reina Máxima, Eloísa de Holanda, supera en números a los seguidores de la influencer española. Los 321 mil followers con los que cuenta su ahora máxima rival dejan su cuenta en segundo lugar gracias a sus 234 mil personas que deciden ver su contenido diariamente.
La gran diferencia entre Eloísa y Victoria Federica es que, al parecer, la holandesa sí tiene el visto bueno de sus tíos, Guillermo Alejandro y Máxima. Mientras la sobrina del Rey Felipe batalla continuamente contra los pensamientos, algo atrasados según ella, de su familia y ve con furia cómo su competencia sigue ganando en números y en cariño de su propia familia.
Tantas similitudes como diferencias
La condesa Eloísa de Orange-Nassau es la primogénita de los príncipes Constantino Cristóbal y Lorenza de los Países Bajos y desde su nacimiento ha tenido total libertad con su propia vida, pudiendo elegir qué quería hacer con ella y cómo. No es tan diferente al caso de Victoria Federica, ya que hace lo que quiere, con o sin permiso del Palacio de Zarzuela.
En la última ocasión, desde Roma, justamente Victoria Federica demostró que cada vez escucha menos las palabras de autoridad que llegan desde Madrid, al publicar una fotografía en su Instagram en donde se le veía todo el abdomen. Esto habría generado gran controversia en la familia pero la Infanta Elena al parecer ya no quiere intervenir más por sus hijos, que ya varios problemas le han traído.