En la vida de Lucía Rivera, hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera, no todo fue color de rosa. La joven compaginó su trabajo como modelo con su mayor afición: la escritura. Actualmente colabora en La Vanguardia como columnista y mañana, 22 de marzo, saldrá a la venta su primer libro, Nada es lo que parece, un relato muy sincero en el que aborda algunos de los momentos más complicados de su vida.
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En el libro, Lucía aborda los maltratos psicológicos que sufrió por parte de su primer novio, un joven mayor que ella que le prohibía salir con sus amigas, le controlaba el móvil y su forma de vestir. Según relata la hija de la expareja de Eva González, todo empezó cuando ella besó a otro chico en una fiesta y él se enteró.
"Para ser perdonada, me puso unas condiciones inalcanzables, pero yo las asumí, aunque me ahogué al querer cumplirlas. A medida que intentaba liberarme de esas cadenas, él las apretaba más. Se presentaba en la puerta de mi casa, aparecía gritando, buscaba a hombres dentro del armario pensando que lo estaba engañando y me gritaba hasta que le daba el móvil y le dejaba revisarlo", relató la escritora.
El infierno que vivió llegó a tal punto, que la hija adoptiva de Cayetano Rivera decidió acabar con la relación sin saber que lo que vendría después sería mucho peor. Tras ponerle fin a ese vínculo tóxico, comenzó a salir con otro joven. "Los abusos psicológicos que sufrí en mi primera relación acabaron siendo físicos en la segunda", confesó Lucía.
Los abusos psicológicos que sufrí en mi primera relación acabaron siendo físicos en la segunda
La hija del ex de Eva González explica también cómo, ante esa situación, intentaba excusar a su pareja de todo lo que hacía y se culpabilizaba a sí misma: "Ahora que me paro a pensarlo, reconozco que fui la víctima perfecta, casi hecha a medida, una niña con muchos abusos interiorizados, los celos posesivos, los insultos y los refuerzos intermitentes".
"Siempre lo excusaba achacándolo a que estaba dr*gado y entendí que esa era una manera normal de relacionarse, que yo sería capaz de hacerle cambiar, que la culpable era yo. Siempre lo defendí, no sé por qué, pero seguro que sentía verdadera admiración por él", justifica Lucía Rivera los malos tratos.
Además, Lucía es muy explícita y detalla algunos ejemplos del infierno que vivió: "Rompió muebles, platos, tiró puertas, ventanas, me rompió ropa y todo lo que tuviera enfrente de sus ojos. Y, desde luego, me rompió a mí. Sí, él sabía muy bien cómo, dónde y con qué intensidad golpear. Recuerdo sus ojos, fuera de sus órbitas, ensangr*ntados con rabia y el ceño fruncido mirándome fijamente mientras exclamaba todo tipo de amenazas y me agarraba el cuello contra la pared".
Me rompió a mí. Sí, él sabía muy bien cómo, dónde y con qué intensidad golpear
"Sentía una especie de muerte dentro de mí, tenía moratones hasta en las orejas y no, nunca se me pasó por la cabeza tomar medidas legales. No lo hice por miedo a que él pagara las consecuencias y, sobre todo, por miedo a las consecuencias que podría pagar yo", manifiesta la exhijastra de Eva González.
Lucía Rivera, gracias a su madre y a Cayetano Rivera logró salir de esa situación, se marchó a vivir con su progenitora a Madrid, dejando atrás todo, para comenzar en el mundo de la moda. Por eso, ahora, con su testimonio espera poder ayudar a jóvenes que atraviesen la misma situación.