El regreso a España del Rey Juan Carlos, como la incógnita de su relación con el Rey Felipe, son algunos de los temas que lo hacen estar permanentemente en los medios de comunicación. Ahora, las miradas estarán puestas en él por una tragedia que lo ha marcado en el pasado y que lo tiene a maltraer hasta el día de hoy.
Te podría interesar
Es que el emérito quisiera borrar lo que pasó aquel 29 de marzo de 1956 cuando, como de costumbre, jugaba con su hermano menor, Alfonso de Borbón. Ambos se encerraron en el gimnasio de la residencia familiar en Estoril, como dos niños traviesos. Sin embargo, ni el Rey Juan Carlos ni nadie imaginó lo que pasaría después.
Se escuchó un disparo, seguido de un desesperado grito que alarmó a toda la casa. Al entrar, el padre del monarca encontró al Rey Juan Carlos con una pistola en la mano y a su hijo menor tirado en el piso con un tiro en la cabeza. A partir de allí, se iniciaron una ola de rumores y teorías conspirativas que continúan 67 años más tarde.
El padre encontró al Rey Juan Carlos con una pistola en la mano y a su hijo menor tirado en el piso con un tiro en la cabeza
“¡Júrame que no lo hiciste a propósito!” fue la directa pregunta que le hizo su padre al Rey Juan Carlos, que al día de hoy dicen que no respondió. Alfonso tenía 14 años, y fue enterrado en la mañana del 31 de marzo en el cementerio de Cascais. Al día de hoy, el sentimiento de culpa no habría desaparecido para el Rey Juan Carlos, que se siente torturado en cada una de estas fechas.
El comunicado oficial
La bala que mató a Alfonso era calibre 22 y fue disparada por el Rey Juan Carlos. Según su testimonio, no sabía que el arma que se guardaba bajo llave estaba cargada, disparó contra la pared, y la bala rebotó e ingresó a la cabeza de su hermanito. “Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando una pistola de salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándole en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos”, decía el comunicado oficial.
En otras palabras, lo que explicó la Corona fue que Alfonso murió solo, aunque años después, con una silenciosa investigación en medio y ya muy alejado de su familia, el Rey Juan Carlos ha confirmado mediante cartas a las que se ha tenido acceso que el mismo fue, accidentalmente, quien gatilló el arma que terminó con la vida de su hermano. Deberá lidiar con esto hasta el fin de sus días.