Charlene de Mónaco y Carolina de Mónaco, dos princesas con estilos completamente diferentes, deslumbraron en el evento que honraba el centenario del nacimiento del príncipe Rainiero de Mónaco. Sus vestuarios no solo mostraron sus gustos en la moda, si no también sus diferencias.
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Durante la noche del jueves pasado se vivió una celebración especial en la que la ciudad y la Familia Real de Mónaco se vistieron con elegancia para conmemorar a una de las figuras más influyentes del principado. Al parecer los tiempos oscuros quedaron atrás para la nadadora, que ya se la ha visto sonriente junto a sus hijos y a su esposo en varios eventos.
Como no podía ser de otra manera, Charlene de Mónaco se llevó todas las miradas por el vestido elegido. Con mucha sencillez, fue el foco de atención del evento gracias a su estilo minimalista que se vio hasta en su maquillaje. La esposa del príncipe Alberto lució un vestido negro con falda de vuelo, sin mangas y con un escote calado. Aunque sobrio, era apropiado para la ocasión, pero nunca se imaginó que alguien pudiese opacarla, hasta la aparición de Carolina de Mónaco, su cuñada.
La esposa del príncipe Alberto lució un vestido negro con falda de vuelo, sin mangas y con un escote calado
Mientras Charlene de Mónaco eligió un vestido de 1.690 dólares de la firma Lela Rose, la hermana del Príncipe Alberto optó por llevar algo con más picante. El rojo fuego la acompañó toda la velada y dejó casi sin brillo a la Princesa Charlene. Carolina de Mónaco llevó puesto un vestido rojo de corte midi, mangas francesas y escote en V. Esta combinación resultó extraordinaria y le sentaba como un guante.
Charlene de Mónaco encontró rival en la moda
Con un presupuesto mucho menor al de Charlene de Mónaco, Carolina de Mónaco deslumbró más fuerte y lejos que su cuñada y demostró que, de la mano del diseñador londinense Rixo, con un modelo Zadie y con confeccionado en tejido jacquard y estampado floral, se puede ir más lejos y llevarse todos los flashes.
A pesar de sus diferencias, las dos princesas mostraron una buena relación basada en el respeto y la cordialidad. Ambas comparten el amor por sus hijos, el compromiso con las causas sociales y el apoyo a la monarquía monegasca. Charlene de Mónaco y Carolina son dos mujeres que representan dos formas distintas de entender la moda y el papel de las princesas en el siglo XXI, pero que también demuestran que se puede convivir en armonía aunque los rumores siempre las separaron.