Con más frecuencia de lo que parece, llegan a nuestras manos alguna colección de monedas y no sabemos qué hacer con ellas. Sin embargo, en esta oportunidad, trataremos de brindar conocimientos para poder actuar de forma correcta y, de esa manera, poder venderlas para obtener el mayor valor posible.
Una de las consultas más frecuentes es la siguiente: ¿Dónde puedo vender mis monedas? Las opciones son muy variadas y debemos tener en cuenta todas ellas con sus pros y sus contras. Una de las primeras opciones es en una tienda numismática, donde se puede obtener la ventaja de que el numismático puede orientarnos sobre las piezas que tenemos y también sobre sus precios de mercado.
Siguiendo con este análisis, otra opción podría ser una empresa de subastas numismáticas. En este caso, si tenemos un número elevado de piezas, podríamos intentar consignar nuestras piezas en alguna casa de subastas: nos pedirán fotos de las piezas, o de algunas de ellas, para poder hacerse una idea de tipos de monedas y calidades medias. A pesar de ello, no siempre van a querer todas las piezas para sus subastas ya que, generalmente, las de poco valor no interesan.
Por último, debemos mencionar la opción más elegida por la gran mayoría: la venta directa a un coleccionista. Al margen del correr de los años, siempre pica en punta la iniciativa de vender uno mismo las piezas en la web, por ejemplo en eBay, o en grupos de Facebook, los cuales están cada vez más activos, ahorrándonos en este caso la comisión.
La importancia del estado de la moneda
Es de público conocimiento que mientras mejor sea el medio utilizado para guardar las monedas, la probabilidad de que su valor suba crece exponencialmente. Para un coleccionista de toda la vida, un conjunto de monedas en cajas o botes es sinónimo de desgaste, golpecitos en las monedas, oxidaciones.
Todo lo contrario ocurre cuando se percibe una presentación cuidada, en orden, ya que suele indicarnos que, por lo menos, para el propietario anterior eran monedas valiosas. Lo que sí hay que tener en cuenta, es que este hecho no siempre implica que se trate de monedas valiosas, ya que no todos los coleccionistas centran sus colecciones en piezas valiosas y caras.